1 jun 2009

Voy con Rosa Díez

Harto de estar harto, cansado de tanto amigo interesado, dormido por tanto sapo con capa de príncipe y con tanto como tomate como se puede arrojar con derechazos e izquierdazos desde el ring invisible, adormecedor y mataneuronas... es como estaba antes de empezar a conocer UPyD.

Sus amigos le conocen como Rosa Díez y dentro de su pandilla están gente como los Fernando (Sabater e Iwasaki), o Alberto Boabdella. No tiene minutos electorales ni grandes piezas, no es portada de telediarios ni de periódicos; para eso ya están los de que vuelve Franco o la corrupción felipista. Lo que me enamora de ella es que es sencilla, compartimos intereses, no usa palabras rimbombantes para dejar alucinado a los demás, es atractiva, mira de frente, prefiere los girasoles a los puños y no sé qué más puedo decir. Me tiene en una nube y sueño con ella.

Pasearía por las calles, me subiría al AVE, llegaría a Bruselas y más allá, si me lo pidieras. No me decepciones, no me mientas, no me prometas el cielo por un papeleta y luego me enseñes solo una foto, por favor. Yo te voto y tú me sonríes, tú camina sin ropa cara y yo te visto de blanco.

3 comentarios:

Miguel dijo...

Ojalá que Rosa no te decepcione, querido Pepe. Has puesto mucha pasión, según parece, en una opción política que trae como novedad una campaña limpia, casi inexistente, que conecta contigo. Pero yo me pregunto, ¿tú no crees que sólo ha pisado el umbral de los sueños, como Obama, o estas personas tan carismáticas (por poner un ejemplo) van a la deriva derrotadas por la actualidad de los problemas, precísamemnte, porque no aportan sino la ilusión y el juguete roto del sistema en sus manos?
Me gustaría que esta capacidad de ilusionarse, respondiera o remitiera a una pregunta esencial, para mí, como ésta: ¿Por qué un ser humano debe padecer esta crisis?
Sé que mi actitud se critica porque busco respuestas en mi interior, como un repliegue forzoso que a nadie interesa. Está bien. Pero con ello estoy comprometido, no para una solución política que a mi parecer no existe, sino por necesidad de aclarme humanamente. Decididamente, no me encontrarás entre los votantes, ni tampoco en el pesimismo radical del resultado de la elecciones. Nada de eso me interesa, para bien o para mal. Antes sí, lo confieso, sentía la comezón de mis intereses, como todos. Ahora podemos irnos todos al garete (políticamente incorrecto)... decía un santo: que aún si el mundo entero entrara en confusión, la mínima inquietud sería vanidad...y, bueno, me he alargado.
Cada día escribes mejor. Da gusto, también, encontrarse gente como tú; y, lo que es mejor, que seamos amigos.
Adios, joven poeta. Salud.

Pepe López dijo...

El capitalismo supone una sucesión de crisis y prosperidad, y es lo que hay. ¿hay mayor péndulo que la bolsa que pende de un barril de petróleo?

Rosa Díez se devinculó del PSOE por no estar de acuerdo con sus ideas y para mí eso en un ole. Quizá me decepcione o quizá no, pero confío en ella y hasta estoy pensando en afiliarme.

Gracias, Miguel, por el halago final. Salud y buenas letras

Miguel dijo...

A mi alrededor hay tanta precariedad, tanto dolor, tanta verguenza, agravados áun más por la crisis, que la abstracción de las propuestas útiles las oigo y las oigo sin que nada mejore: los pobres trabajan para mí con sueldos míseros, porque yo lo consiento mientras mis rentas sean altas y no me escuezan. Buscarse la vida ya es cuestión de picaresca. Actualmente fumo del estraperlo, por ejemplo, mejor tabaco americano ahorrandome unos euros para mi buchaca.
Esto no puede seguir así. A mí ya me han perturbado bastante. Todos los que me rodean, sin embargo, son hombres de buena voluntad que quieren trabajo para comer. Muchos comen ya sin sal, los que no resisten la presión de verse arruinados y la tensión les sube, y también duermen inquietos; algunos son funcionarios kafkianos, sin ninguna labor en su jornada; así son los parroquianos que reposan la cabeza un rato conmigo sobre la barra del bar. Como una salmodia,les escucho: "estoy cansado" "estoy cansado". Tú mismo, Pepe, acusas este despropósito en tu vida.
Pues vale, Rosa Diez.
Y un abrazo. Salud, amigo.