22 sept 2007

Una carrera

No se puede decir que sea legal ni por el contrario ilegal, así que lo dejaré en alegal. Todos hemos sido partícipes alguna vez ya sea consciente o inconscientemente. Pues bien, el otro día viví una carrera espectacular de principio a fin. Para quien conozca Sevilla la líena de salida estaba en el semáforo que está fente por frente de las escaleras de la estación Santa Justa. El recorrido era cruzar por arriba un puente de nada, unos diez metros de longitud, un mini paso de peatones delante de un carril por el que solo pueden pasar autobuses y taxis, aunque realmente pasamos todos. Luego, estaba la recta final que coincidía con la calle Legión.

Pues éramos nueve los que nos situamos en la línea de salida. No estábamos alineados, algunos detrás pensando en la estrategia para llegar primero al semáforo con el que acababa la calle Legión. Se puso en verde y todos como si estuviéramos paseando fuimos acelerando, me coloqué octavo. Sí, tuve una mala salida. Miré a mi alrededor, más bien para adelante y empecé a driblar rivales. Una pareja de jóvenes bajó el ritmo a los poos metros de acabar la zona de semáforos y rayas blancas en la carretera, lo que aproveché para ir mejorando. Adelanté tanto que llegué a ponerme segundo. Era imposible ganar, una joven de unos dieciocho años estaba fuerte, se notaba que había entrenado y así fue como acabó la carrera alegal. La verdad es que sonreí bastante, porque no había estado nada mal el transcurso de la prueba.

13 sept 2007

La delgada línea roja

La vida podría definirse como un folio en el que hay muchas delgadas líneas rojas. A veces son tan delgadas que se necesita una lupa. Qué difícil es dividir lo bueno de lo malo, lo decente de lo indecente, lo agradable de lo desagradable, el miedo de la tranquilidad, comer bien o mal, amigos o conocidos, pareja o amante...

4 sept 2007

Malos tiempos para la lírica

Estaba mirando por la ventana de mi cuarto. Vi muchos edificios enormes, palomas peleándose en las barandas de los patios, música fuerte... pero algo me hizo me sentarme frente al ordenador y escribir. Una mariposa blanca volaba lentamente mientras las palomas iban a lo suyo. Subía y bajaba, parecía disfrutar. Fueron para mí unos segundos de desconexión.

Corren malos tiempos para la lírica porque la enseñanza y la televisión crea monstruitos. Lo que más me sorprende es que han sido dos fenómenos paralelos. A medida que el contenido de las series y videojuegos para niños iba llenándose de violencia, la enseñanza iba siendo de peor calidad. No es que tenga esperanza en esta generación que hoy está por debajo de los veinte años sin excluir a nadie de más de dos. Lo peor es que no es culpa de ellos aunque se crean que son independientes totalmente y que no son menos que nadie. MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA. Pero sí que creo en los que nos comparamos con ellos y nos quedamos atónitos, con miedo de traer al mundo una página en blanco. Así que ojalá, entre todos, consigamos que los que nazcan a partir de ahora vuelen como una mariposa y no se queden en el capullo.
¿Llegará el día en el que alguien haga algo por ellos y por nosotros?