12 sept 2014

El nacimiento de Gael, según Papá

Es difícil ponerse a describir algo tan mágico como ha sido nuestro parto en casa. Sin embargo, la ilusión por compartir y dejar constancia en este testamento que es mi espacio, es mayor que las dudas que puedan surgir sobre cómo transmitir con palabras tantos silencios bellos.
 Desde que surgió la idea de parir por nuestros medios, estaba convencido de que era lo que deseaba. En eso dediqué buena parte de mi energía. Hubo cambios de planes ajenos a nosotros en el camino pero llegado el día todo fluyó de la manera más natural que se puede imaginar. 
 La luna acompañó las primeras contracciones de Carmen. Me asomé al cuarto de juegos de Yago y estaba ella tumbada con las piernas encogidas en el sofá con cojines. Una estampa tan bonita y llena de amor que no quise perturbar. Me fuí a dormir con Yago, acurrucados esperando nuestro momento para aportar lo que necesitaran Carmen y Gael. A las siete de la mañana llegaron nuestras acompañantes: Sole y Luna. Sole con su experiencia en partos naturales anteriores y un punto que me encanta de humor cuando la ocasión lo pide, y Luna, que vivía su primer parto en casa como acompañante y nos dio todo su ser habiéndola conocido el día de antes. ¡Gracias!
 Preparamos un buen desayuno en el salón y el ambiente de paz, alegría y positividad fue uniéndonos cada vez más. No hacían falta preguntas, solo dejar fluir y oír la Naturaleza. Yago despertó, desayunó y estuvimos jugando mientras ellas tres y Gael se fueron al dormitorio. Cada cierto tiempo, Yago iba a abrazar a su madre y besar a su hermanito. Podía sentir que algo importante estaba pasando porque iba aumentando sus muestras de cariño y disminuyendo su interés por jugar. Tanto que su abuela Carmen se lo llevó cuando había aportado todo lo que podía al nacimiento de Gael. Esta abuela sabía que su papel era estar con las manos abiertas para lo que necesitaran su hija y sus nietos. ¡Gracias!  Su abuela Gracia permaneció en mi cabeza en todo momento, sabía que yo la iba a necesitar con sus consejos. ¡Gracias mamá!
 Llegó el momento de comer con las contracciones cada vez más seguidas, más fuertes y unos silencios llenos de amor. ¡Qué magia! No había manecillas de reloj golpeando, no había preocupaciones y casi ni palabras. Todas nuestras energías estaban en empatizar con Gael y Carmen. Contracción-respirar-contracción-respirar... Cada momento se vivía de forma distinta. Carmen iba perdiendo consciencia de todo aquello que no fuera ayudar a Gael en su camino al mundo, incluso a veces cerraba los ojos y se dejaba caer hacia Luna, Sole o yo. En los momentos  de respirar, la mayoría eran para mirar a Sole, que la tenía enfrente y le aconsejaba que no luchara contra las contracciones sino que las viviera. Luna y yo le dábamos besos y los animábamos. Todo fluía, eramos cinco en uno. Gael iba recorriendo su camino, Carmen facilitándolo y los demás a expensas de sus necesidades. Hubo tanta unión que en un momento en el que Carmen puso a pasear por su rostro lágrimas, Luna y yo también lo hicimos mientras Sole se levantó a comer algo. La idea era comer uno a uno para que en las contracciones, si Carmen deseaba algo, lo tuviera. Todos éramos indispensables. Podía ser que consciente o inconscientemente, quisiera agarrarnos las manos, abrazar a alguien, que la sujetáramos o cuidar sus riñones. Ahí teníamos y queríamos estar.
 Cuando ya estaba muy cerca el momento de recibir a Gael en el mundo, Carmen se puso en el centro del salón con las rodillas en tierra, Luna y Sole por detrás hablándole para que todo fuera bien y yo delante siendo su apoyo físico. Se agarraba a mis brazos y yo la besaba, acompañaba y animaba según sus sensaciones. Gael mostró su inteligencia al ir yendo poco a poco. Ellos cuatro realizando maniobras para que hubiera final feliz, y yo con el aliento de la abuela Gracia, mostrando la seguridad de que ya no quedaba casi nada para que Gael respirara fuera y que lo iba a tener en brazos para enseñarlo al mundo.
Así fue. Gael nació y Sole lo puso en los brazos de su mamá. Un nuevo amor en mi vida. ¡Gracias Carmen! ¡lo conseguimos!

21 comentarios:

Anónimo dijo...

GRACIAS AMOR!

Unknown dijo...

Con lagrimas en los ojos termino de leer. Que emocion! Gracias por compartir! Enhorabuena, familia !!

Elyssa dijo...

Que emoción!! me has hecho llorar!! enhorabuena!!

enmanuell L dijo...

El amor se entrevé en cada palabra. Una familia destinada a ser feliz. Sin palabras papa.

Toñi dijo...

Preciosa acogida... Lindas palabras llenas de amor!!! Gracias por compartirlo

Anónimo dijo...

Dicen que los niños traen un "relato" debajo del brazo. Felicidades

Miguel Estrada dijo...


Felicidades, familia. Emocionante, el relato de la experiencia, emotivo y precioso.

Literariamente, excelente, si es que de primar este aspecto ahora. Por algo es bello, es decir, bien ligado o inherente a una vida nueva que se retrata hasta su primer aliento. Os deseo toda la felicidad y que continúe esta feliz comprensión de la vida.

Charo Vaz dijo...

Preciosas palabras para describir una experiencia tan bonita. Felicidades

Pepe López dijo...

¿sabeis? Cuando lo publiqué pensé que solo emocionaría a los protagonistas.
Gracias a todos los que por escrito o en persona me habéis hecho saber que estaba equivocado. Un pasito más en mi camino para llegar a ser escritor

Pepe López dijo...

Anónima, Gracias por estar a mi lado y ser parte de mis letras, que es mi corazón.

Pepe López dijo...

Bea eso es mucho! Que las palabras cobren vida es lo máximo. Gracias por hacérmelo saber. Hoy día tenemos cierto reparo en aceptar que estamos vivos, que sentimos. Vuelve cuando quieras, descalza a ser posible

Pepe López dijo...

Elyssa, que me ha costado saber quien eres. Menos mal que Carmen me lo dijo.

Perdón, perdón... que noooo... hacer llorar en este sentido es una pasada. Eah, me voy inflando de felicidad literaria.

Aquí tienes tu casa para cuando lo desees

Anónimo dijo...

Enmanuell, AMOR sería un magnífico resumen. Gracias por tu empatía.
Sin palabras es demasiado.

Pepe López dijo...

Toñi, gracias a ti por compartir con nosotros tu energía y cariño. Sin amor nada es posible

Pepe López dijo...

Anónimo, gracias por estrenarte aquí. Original ocurrencia. Mucho tardaste. Espero que vuelvas

Pepe López dijo...

Vaya Miguel, cuando lo escribí pensé en ti, que verías cosas a mejorar y me encuentro esto: literariamente excelente. Eso es que avanzo bien.

Gael te lo agradece tanto como nosotros aunque no entendamos su lenguaje.
Gracias por seguir conmigo

Pepe López dijo...

Charo, fue una experiencia difícil de explicar en su totalidad por la cantidad de detalles invisibles que aporta un parto en casa. Gracias por estar aquí

Pepe López dijo...

Enmanuell, mi comentario acabo de ver que salió como anónimo. Soy yo, le habré dado mal a algo

Anónimo dijo...

Sencillamente.....Sublime

Pepe López dijo...

Sin comentarios, anónima. Me haces sentir mejor

Maite dijo...

Me alegro mucho que pudieseis tener ese parto tan bonito, natural y respetado en casa y que todo fuera genial.Enhorabuena, seguro que Gael nunca lo olvidará, es uno de los mejores regalos que le habéis podido dar.