Con mis ropajes de caballero
me lanzo a perseguir sueños,
con mis ojos verdes vuelo
como el águila que soy, sin dueños
Siento el viento esquivo a mi paso,
rompo las cadenas del universo
donde la bestia reina a su merced
creando y quemando nubes en el cielo,
pues soy el caballero paciente
de la sonrisa eterna, un demente más
en esta vida del juego invisible
entre el ocaso y edén.
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2 comentarios:
Precioso poemas, pepe. Echo en falta, sin embargo, más cuidado de la cadencia y un alejamiento de la inmediatez, para que no renuncies, aun sin más retórica,a que la sonrísa del caballero no se pierda por cielos desviados y brille.
El poema es digno dé ti y de tus felices circunstancias. Hermoso.
Miguel, gracias por tu visión cariñosa y venevolente. Estoy de acuerdo en lo que echas en falta. Trataré de cuidarlo.
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