19 dic 2006

El arte de la ducha

Bruce Lee dijo “Be water”, y yo digo “ten cuidado con el water”. Porque al menos yo, no sé los demás, tengo todo un protocolo para ducharme digno de este maestro nacido en San Francisco pero con toda la cara de chino. ¿Se imaginan que pides comida en un restaurante chino y te la trajera él? Qué pelotazo de güisqui habría que tomarse luego.
Volviendo al tema, lo primero es dar dos o tres viajes al armario donde está la ropa, porque si no me olvido la ropa interior es el pantalón, o cuando cierro la puerta del cuarto de baño no tengo ropa para despues. La radio va encima del lavabo aunque me entre la paranoya de que me va a pasar como en las pelis de miedo. El vater es demasíado pequeño porque ahí va la ropa de despues, la que llevo encima y yo, por lo que aunque se arruge todo, al menos calentita va a quedar la ropa.
El momento en el que hay que poner los seis sentidos de mi amigo Bruce o los cinco de bizcochito el de Ally Mcbeal. Abrir una de las puertas de la mampara, pensar en cómo se debe poner la alcachofa de la ducha para que ni me roce cuando me vaya a meter, intentar ponerla bien… cosa imposible porque alguien la pone queriendo mal (o no). Con los pies fuera de la plataforma de la ducha y haciendo malabarismo, máxima potencia y agua caliente, tanto que en breve el vapor empaña casi todo el cuarto de baño. Es pequeño. Tengo pedío uno de porcelanosa que tiene la preysler en su casa. Es que si entro con el agua fría, puedo convertirme en un cubito de hielo y prefiero quemarme en la hoguera como Giordano Bruno por hereje.
Rápido, muy rápido, saco la mano izquierda y con la derecha encajo una puerta con otra. Siempre lo hago al revés, lo que supone un contratiempo. Me he librado de la quema. Cuento “1, 2, 3” y para adentro. Si todo va bien, no hay gota que haya siquiera humedecido mi cuerpo. Entonces cojo la palanca que decide la temperatura y lo pongo que ni para ti ni para mí, en medio. Ya me puedo duchar tranquilo, abriendo y cerrando el agua para gastar lo menos posible, que veo luego en la tele lo de “por un litro de agua…” y la factura de emasesa con la foto de mi hermana Myriam que trabaja allí y me felicita si dejo el agua correr mucho.
Así que ten cuidado con el Walter porque puede matarte si es que mientras te duchas no vives Psicosis, o dejarte relajado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado, muy divertido, le has hechado mucha imaginación!,como diría Risto Mejide, sigue así, que vas bien encaminado.

Saludos Ebulam. Por un detalle insignificante he sabido quien eres.