quinto elemento

No es vuestra figura esbelta por doquier
Pintada a mano con fino pincel
Ni vuestra dulce y alegre voz de ángel
Nacida con mimo de frondoso vergel
Guarnecida con profuso cariño por el
Suave y delicioso tacto de vuestra piel
La que ilumina mi corazón desde ayer.

Es vuestra especial forma de compartir,
El vuelo al ritmo de nuestro latir
Acogiendo la mano que os alzo
Para vivir esa vida que gozar soñamos.

Es esa fuerza que la madre naturaleza
Os obsequió al veros nacer en pesebre
La que guarda mis días cuando llueve
Siendo el rayo de sol que seca mis penas.

Es la confianza que vuestra mirada rezuma
Al resbalar mis pies, la que los cura
Y guía por el recto camino que vuestros
Ojos ofrecen y en mis versos quedan escritos.