13 may 2006

qué sería de mí sin tí

Es una pregunta que ya se ha convertido en una frase hecha en el lenguaje amoroso pero no por ello es algo que se quede en el aire y espere un “aplauso” por parte de la otra persona. El amor crea dependencia y el uso y/o abuso de la droga más sana conocida, el AMOR.
Pero qué pasaría sin cambiamos la frase por: Qué sería de mí sin mí. A todos lo primero que nos viene a la cabeza es que eso es una aberración, pero si lo pensamos bien y lo encuadramos en la sociedad actual de nuestro país la cosa cambia. ¿No es verdad que muchas veces dejamos de ser nosotros simplemente por complacer a otra persona? ¿No es esto vivir un poco sin uno mismo? Es que estamos en una sociedad en la que es más importante la imagen (en astrología sería el ascendente) que la personalidad de uno mismo (el signo zodiacal común). Me voy aponer de ejemplo por si no me he explicado con claridad.

Yo soy para muchos un personaje loco, podría decirse incluso freeky. ¿pero de que? Podría ser de la poesía, pues es una de mis grandes aficiones y el mejor lugar para estar solo. Si yo dejara de ser como soy, no haría una poesía sobre la nariz de una amiga o de su cara o de su sinceridad o de su sonrisa, y además se la entregaría. Muchas veces pienso que sería mejor dar, si quiero, el primer paso pero no el segundo por miedo al que pasará, qué pensará esa persona de mí. En muy pocas ocasiones he vivido sin mí y muchos lo saben. Eso sería avergonzarme de mi personalidad y esconderme en vez de mostrarme como soy con las consecuencias que ello conlleve.
Podría ser un freeky del fútbol pues vivo con intensidad cualquier partido aunque sea de juveniles y más aún si es del Sevilla. Si una vez no cantara fuerte un gol importante estaría viviendo sin mí y eso hasta ahora nunca ha sucedido. Es una pasión que tengo el fútbol porque desde pequeño lo he sentido así y ahora desde hace unos años además de ser una pasión es un recuerdo constante a mi madre. Si yo no cantara o no estuviera nervioso el día que el Sevilla juega un partido aunque fuera de pretemporada o no recordara mejor la hora del mismo que la comida del día anterior, no sería yo.
Esto es solo un ejemplo, real pero ejemplo al fin y al cabo.
Vayamos al principio, si no te has aburrido antes, y analicemos la palabra “bien” en nuestra sociedad.
Lo primero es definir esta palabra pues cada vez que la escriba me referiré a esto. Es lo convencional, lo tradicionalmente aceptado, lo que viéndolo desde la perspectiva de alguien de 26 años es lo que piensan las personas de generaciones anteriores.
Para ser aceptado en la sociedad hay que hacer las cosas bien o te miran con cara extraña. El ejemplo más claro que se me ocurre es el de los homosexuales, unas personas que rara vez son aceptadas como normales por personas de mentalidad antigua (decir conservadora llevaría a engaño a mucha personas porque no estoy hablando de política), pero que en mi generación y las posteriores se ven como gente igual que las demás. ¿Si un homosexual nunca ha criticado a un heterosexual, por qué hacerlo al revés? Pues enganchando con el tema, un homosexual que no lo dice abiertamente está viviendo sin él.
Está bien visto que un hombre abra la puerta a una mujer y si no lo hace es que algo malo le pasa ese día. El día que sin ganas de abrirle la puerta se hace, está viviendo sin él y es que hay que ser como uno es, porque si lo que quieres es aparentar el día que te equivoques y hagas lo que quieras alguien se va a rayar porque esté acostumbrado a que uses esa “máscara”.

Mi conclusión es que vivimos más pendientes del espejo (ver poesía SI SE ROMPIERA) que de ser uno mismo, es decir, hacemos un mayor esfuerzo por “vivir sin mí” que por “vivir siendo yo (aunque en muchas ocasiones sea un sobrevivir en vez de un vivir)”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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