4 abr 2007

La nueva Guerra Fría

En este siglo estamos viviendo otra guerra fría sin cuartel, sin miramientos, sin declaración escrita, sin que el gobierno lo sepa. Que le gobierno no se entere ya es algo común.
Bandos: El equipo A está formado por las personas que vivieron la posguerra jugando a las canicas, a las muñecas, al trincarro, que tuvieron que levantar un país sumido en una dictadura, que no eran capaces de ver el cielo azul sin que se les viniera a las cabeza una frase de atención de sus padres, que se comieron el machismo.

El equipo B está formado por los que saben que viven en la tranquilidad de la democracia aunque sea un concepto puramente teórico, como diría mi amigo J.J., que quieren disfrutar la vida, encontrar una vivienda, que poluto no acabe con el mundo, que se pasan más tiempo en el ordenador que en la calle y le preocupa más un virus informático que ir a votar.

El lugar de los hechos: Hay varias posibilidades. El más común es un bar, pero también puede ser una panadería, un Kiosco de periódicos, el carril bici, el estanco, el autobús, el portal de un bloque o la calle.

Las armas: El equipo A tiene la experiencia, el favor del dueño del lugar, la lentitud de movimientos, el empujón, la voz alta, la mirada de asco. El equipo B tiene la energía y la inteligencia.

La contienda: Pongamos el ejemplo del carril bici, por ser un escenario nuevo. Va un joven en su bici, de esas antiguas verdes de cuando Carrefour era Continente. A los lejos dos mujeres, una con una falda gris y calcetines negros hasta quedarse por debajo de la falda y la otra con pantalones grises, las dos con camisa y pelo blanco. Es el momento del duelo al estilo del viejo oeste. La calle está en silencio, no hay viento, la tensión crece por segundos y las manecillas del reloj avanzan lentamente. Cruce de miradas pensando en qué arma usar para ganar el combate. El joven baja la velocidad, las mujeres se miran. Ya solo están a diez metros de distancia. La mujer de la falda pone cara de asco, mientras la otra grita “Ésta no es hora para andar por el carril”. El joven se queda frío, no esperaba que desenfundara tan pronto la mujer, por lo que tuvo que frenar para ganar tiempo y poder contraatacar. Las mujeres se ríen. Él encuentra en un acelerón su mejor forma de luchar y pasa muy cerca de la del pantalón gris, pero ellas no se inmutan.

Esta vez, el equipo A se ha anotado un punto debido al factor sorpresa, pero el equipo B no se da por vencido.

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