6 jul 2006

Más que simples palabras en los blogs

Las palabras, ¿son más que simples grafías? Pues sí, una palabra por sí misma es una grafía, pero también es un sentImiento, un razonamiento soslayado, una evolución y otras cosas. Si se lee una palabra, ésta está tumbada, yace en el papel y dura lo que se tarde en pronunciarla, pero para eso son las grafías no las palabras. Una palabra bien escrita y sobre todo bien leída (no te sorprendas porque hay muchas formas de leer según el lector y la palabra) debe levantarse o hundirse. ¿Debe ser leída igual una palabra que evoque un sentimiento positivo que otra, por ejemplo, que haga que nos creemos una imagen en la mente de un mueble, por lo común de madera, que se compone de una o de varias tablas lisas sostenidas por uno o varios pies y que sirve para comer? ¿Se lee igual dictadura que libertad? No, gracias. Las palabras con más sentimientos se escribía en los diarios hasta hace poco, véase el diario de Ana Frank o el de cualquiera de nosotros cuando estábamos viviendo la etapa preadolescente. De todos es sabido que la palabra "diario" ha dejado atrás su significado íntimo para pasar al otro extremo, el de la publicidad y publicación en el medio más usado por todos los que pertenecemos en mayor o menor medida al mundo globalizado, el mundo de internet y los internautas. Desde hace mucho tiempo te sentabas en la cama cuando llegaba la noche y con una luz ténue te dedicabas a escribir en tu diario, pensabas transcribir con tu bolígrafo preferido cómo transcurrían tus días con la seguridad de que no lo leería nadie más si tú no querías, con lo que ello conlleva. Pero avanzando o retrocediendo, los tiempos cambian y ahora se cuentan en el blog injusticias, cantos a la libertad, nuestros gustos, nuestros yugos y todo lo que nos suceda en nuestros días y sonreímos cuando alguien nos escribe un comentario, “qué detalle” decimos y a veces contestamos agradeciendo su participación en nuestro diario. Así pues, hay que darse cuenta de que antes las palabras más íntimas se escribían en diarios y ahora es el blog el que nos sirve de pañuelo de lágrimas o altavoz de nuestros sentimientos y obras más o menos destacables. Aunque hay raras excepciones, lo común es que nos coloquemos en la mente tantas máscaras que nos sea casi imposible saber quienes somos realmente o que nos conozca el resto de las personas. Creo que hasta ahora, internet no ayuda a que la sinceridad sea un valor de la sociedad actual, sino que aporta refugios en los que introducirse si lo que se quiere es ser un camaleón y no un luchador. Hay que dejar de lado de una vez por todas el `todo vale´ para que los demás tengan una buena imagen de nosotros, y romper las máximas máscaras posibles. El blog debe ser el lugar donde defender nuestra personalidad y poder levantar así la bandera de la verdad y la autenticidad dejando atrás la falsa buena imagen. Un diario abierto al público.

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