Será la espina del rosal que me clavaste
Aquella mañana de un noviembre lluvioso,
La que llena mi pecho de sangre
Y mi alma alza como un coloso.
¡Pudiera yo caer rendido entre girasoles,
Suspirar al cielo entre tulipanes,
Cegar mis ojos con algodones
Y vencer la furia de lo mares!
Volando sobre campos de amapolas
La luna plateada mis desvelos engalana,
Sumergiendo sus lágrimas entre olas
Para al fin, enjugar mi alma.
17 mar 2014
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