21 oct 2016

Equipaso

A veces los hijos empiezan los días más conectados a la Naturaleza de lo que quisiéramos como padres urbanos. Yago y Gael después de abrazarse, que siempre es lo primero, saltaron en la cama, jugaron como monos... y Carmen pensó en uno de los valores más importantes que les hemos inculcado: El trabajo en equipo. Soy muy futbolero y desde que Yago empezó a jugar con una pelota, le intento transmitir lo bueno del fútbol. Con Gael y sus queridos dos años aunque él dice que tiene más, hago lo mismo. Si uno de los cuatro derrama agua por la mesa, nos organizamos rápidamente sin pararnos en culpas y luego unimos las manos. Si uno se cae, ahí estamos todos. Un partido lo gana o pierde el conjunto de personas, no una sola.

Bueno, que me dejo fuera lo que iba contando del inicio del ritual. Carmen les dijo:  Unimos las manos como equipo? Lo consiguieron. Se repartieron las tareas y se fueron al cole. Otro día, llegué temprano para vestirlos y cuando uno de los dos me dijo Unimos las manos? Me quedé a cuadritos. Las unimos y dijimos E QUI PA SO.

En el lenguaje familiar siempre ha estado el concepto equipo pero no lo habíamos convertido en ritual. Ahora lo usamos después de resolver un conflicto o como herramienta para conseguirlo o para agradecer el apoyo de los otros. Uno de los momentos que más veces unimos las manos es cuando vamos de paseo. Ellos en bici y yo andando, ellos cada uno a su ritmo y yo de puente. Cuando hacemos descanso nos animamos con un E QUI PA SO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y es que eso somos.....un GRAN equipo!