3 jul 2013

Saludar tiene su aquel

Antes era mucho mas fácil. Me encontraba a una amiga, le cogía la cintura y le daba dos besos; y a un amigo le estrechaba la mano con fuerza para mostrar energía y poder.

y ahora... ahora hay que distinguir entre conocida y amiga, entre un beso, dos besos o uno y medio o solo levantar la barbilla; menos mal que entre hombres no hay distinción. Menos mal por decir algo... aquí un abanico de posibilidades enorme: Estrechar la mano con fuerza si estoy con buen ánimo y el otro me cae bien, fuerza media si no tenía ganas de verlo pero aquí está delante de mí, sin fuerza si estoy con ganas de nada, un abrazo si me alegra verlo y un beso, dos o uno y medio si me da por ahí o una combinación entre los anteriores. Pero es qu el otro tiene las mismas posibilidades y no existe un manual de instruciones.

Se me ocurren dos opciones:
1, miranos a los ojos en plan duelo moderno del oeste y jugarnosla a piedra, papel o tijera. Quien gane, elige.

2. optar por lo que quiera sin pensar en lo en el otro.

La primera tiene la ventaja de que existen una reglas a cumplir y con la segunda puede pasar que al alargar la mano uno de los dos, de en la rima consonante de mano o un puñetazo en la barriga o le bese la boca. La segunda es más rápida.

En fin, algo tan simple se puede convertir en todo un universo.

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