Pensé que volvería a perder a alguien y pasé miedo al principio, pero al final todo salió bien. Javi, mi sobrino, le dijo a su madre: mamá, un amigo del cole dice canciones del Betis y yo quiero del Sevilla, ¿me puedes enseñar?
Cuando me dijo esto mi hermana me asuste unos segundos, los que pasaron entre el retumbar de Betis y quiero del Sevilla. Ella le dijo: eso tito Pepe. Así me puse manos a la obra, dejamos las canciones infantiles porque ya era un hombre de cuatro años.
Fue poco a poco, de menos a más, hasta llegar al presente feliz. Primero, en el camino de recogerlo hasta el coche le preguntaba cómo le había ido y su sempiterna pregunta: ¿Puedo ir a tu casa? Una vez pasado el trago de abrocharle el cinturón, ya casi lo hace solo, ponerme el mío y arrancar, puse la radio dispuesto a seguir con lo de siempre, pero él al escuchar la primera me corta: Quiero canciones del Sevilla, tito pepe. Entonces empezamos por una cortita “vamos mi Sevilla, vamos campeón, ló lololó lololololoo”. No es capricho mío incluir la parte sin letra entendible, sino que fue lo que más le costó. Me decía: ¿lo he hecho bien? Siempre le fallaba la segunda parte y yo le corregí tantas veces que él solo se lo decía todo.
Llegó por fin, el esperado día en el que lo hizo todo bien. Tiene mucho mérito porque no había CD, solo yo como hincha. Entonces pasamos al plato fuerte: El himno del Centenario. Solo había pasado una semana y ya íbamos a lo importante, lo que cantaría a los demás para orgullo de los dos. Le voy enseñando por partes pequeñas y nos va muy bien. Me emboba cuando dice “sevillista seré hasta la muerte, la Giralda presume orgullosa de ver al Sevilla en el Chanche Pijuan (Sánchez Pizjuan)”.
Otro cambio de antes a ahora es que nada más vernos en la puerta del cole, ya no pregunta si puede ir a mi casa sino que cantamos directamente delante de la gente, poca o mucha, hasta abrir con la llave la puerta de la casa de mi hermana Myriam. Cuando me toca despedirme, hace preguntas y me enseña cosas para que no me vaya.
En fin, que cuando sea mayor y sus amigos se pongan con canciones infantiles, él propondrá: Vamos mi Sevilla, vamos campeón...
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4 comentarios:
Ay Pepe mío, tito Pepe. Eres un encanto.
Yo quiero ser tu sobrina.
En el relato no hay quien te eche el pie adelante.
Eres ameno, divertido y te defiendes a la perfección.
Un beso de almendra y azúcar con canela en rama.
Desde luego que tantos parabienes y dulzura merecen la adopción. Ese halago al relatista me ha llegao hondo. No pensaba que mis historietas pudieran causar una reacción así.
Un beso entre las nubes
Genial. Parece que lo estoy reviviendo. Tengo historietas parecidas con mis hijos.
joder, comparto tu explosion de alegria. hacer sentir eso es grande. Ponte al tajo, que es una buena práctica que queda para siempre
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