La mañana ya enseña su luz
y la margarita ya duda
si levantarse o acostarse,
si hablar o callarse.
Sé y sabes tú
que no debe levantarse,
mejor callar que caerse.
Sabe la margarita
que lo que hoy se va
mañana volverá,
y ahí esperarás
en el puerto, de rodillas.
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